El cáncer colorrectal representa la tercera causa de muerte por cáncer en el mundo. Existe evidencia científica de que los alimentos influyen en el desarrollo de cáncer colorrectal ya que algunos contienen sustancias carcinogénicas que pueden derivar de pesticidas y aditivos a la comida, hidrocarburos y aminas heterociclicas derivadas de la cocción de los alimentos. El consumo elevado de carne roja incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. Las dietas ricas en fibra aceleran el transito intestinal disminuyendo el tiempo de contacto entre el agente carcinogénico y la mucosa del intestino.
El calcio, selenio, vitaminas A, C y E disminuyen el riesgo de cáncer colorrectal, la obesidad es un factor de riesgo conocido. La relación entre el alcohol y el cáncer colorrectal ha sido descrita y duplica el riesgo en las personas con consumo diario.
La relación entre el tabaco y el desarrollo de adenómas y cáncer de colon ha sido demostrada y el riesgo aumenta en relación al numero de cigarrillos y tiempo de exposición.
Se recomiendo iniciar una campaña de detección de pólipos y cáncer colorrectal en pacientes asintomáticos a partir de los 45 años y esta puede ser mediante la realización de una colonoscopia o una sigmoidoscopia mas una prueba para detectar sangre oculta en heces (SOH). La ventaja de la colonoscopia es que si es normal esta se debe hacer cada 10 años en cambio la sigmoidoscopia mas SOH debe ser cada año.
Los síntomas y signos de cáncer colorrectal pueden ser la presencia de sangre y moco en la heces, estreñimiento, anemia, perdida de peso, masa palpable en el abdomen etc.
El diagnostico se establece mediante una colonoscopia y biopsia.
El tratamiento puede variar dependiendo de la etapificación del tumor y se requiere de un equipo multidiciplinario de expertos para garantizar al paciente los mejores resultados ( cirujanos de colon y recto, oncólogos médicos y radio-oncologos, patólogos).